BRUJA
Historia de terror
Remedios es un municipio pequeño, enclavado en las montañas Antioqueñas, en aquel entonces era más pequeño aún, se creía o se cree aún en la actualidad que de cada diez mujeres que habitan el pueblo, tres practican la brujería , así que para un trabajo de una revista que escribía entonces, me trasladé hasta allí para hacer un reportaje de las brujas, el director de la revista, quería que hablara con una que fuera real, de ser posible ver cuando volaba o se transformaba en bruja o en lo que fuera que se convirtieran, llegué al pequeño pueblo y empecé a indagar aquí y allá, todos aseguraban que habían brujas, pero nadie me daba el nombre o la dirección específica de una de ellas, ya caía la noche y estaba desilusionado, la verdad es que todos creían en las brujas, pero al parecer nadie conocía una en realidad.
Me tomé unas tres cervezas, el calor y los zancudos era insoportables, así que pagué la cuenta y me fui al viejo hotel, dormiría un poco y muy temprano volvería a la ciudad de Medellín y allí volaría a Bogotá, mi jefe me daría un gran sermón por no lograr conseguir nada, uno de mis compañeros me había dicho que era difícil lograr hablar con una de aquellas mujeres, ya fuera por que eran muy esquivas o simplemente no existían, me recomendó inventarme una historia para el jefe, pero mi profesionalismo no me permitiría eso, prefería regresar con el rabo entre las patas, como perro apaleado.
Ya entraba al hotel, cuando una chiquilla de unos diez años me saludó , me dijo sin más preámbulos que su abuela necesitaba hablar con migo, le dije que estaba cansado y no quería hablar con nadie, menos allí, nadie me conocía que podían querer hablar con migo, la niña me dijo con su voz tierna y cara angelical, no quieres conocer una bruja, aquella sola frase me reanimó , al parecer no perdería mi ida allí, la niña me tomó de la mano, como si yo fuera el niño y no ella y temiera que me perdiera en aquellas polvorientas y oscuras calles, cruzamos todo el pueblo, allí en la última casa, más que una casa era un rancho de tablas y paja, me dio paso para que entrara, la puerta estaba cerrada, pero cuando fui a empujarla, se abrió, en una silla más vieja y sucia que todo lo que había visto, había una anciana sentada, con su mano me invitó a sentarme en una pequeña silla de madera, la niña desapareció detrás de una cortina, quedamos la anciana y yo, algo extraño ocurría en el ambiente, el calor y los zancudos habían desaparecido, no podría explicar el cómo o el porqué.
La mujer me miró a la cara, sus ojos eran grises, en mi primera impresión , pensé que era ciega, pero pude notar que miraba las cosas y mi cara, me preguntó, porque quería saber de las brujas, le expliqué lo de la revista, necesitábamos una prueba de que eran reales, “ la anciana me asegura que para iniciarse en estas artes hay que contactar a una bruja veterana y participar en el baile que ellas realizan en honor al diablo, la iniciada debe danzar desnuda, luego comer carne de muerto, torear un toro negro que bota fuego por la boca y los ojos y tener relaciones sexuales con el demonio , dice ; sostiene además que una vez se hayan cumplido los anteriores requisitos, se debe recibir, siempre de la bruja más vieja, una pomada elaborada con cebo humano, un libro de oraciones para leer al revés, un litro de culo-jondo, es un líquido pastoso, pegajoso y oscuro y un pito elaborado con madera de Jerusalén, con el que despistan a los caminantes de la noche, antes de emprender el primer vuelo -explica la anciana – se deberá usar una pomada para frotarse las rodillas y así poder arrancarse las piernas y empezar a volar, el poder volar es para muchas personas nuestro mayor poder, pero la verdad esa es solo una necesidad que tenemos para poder transportarnos con rapidez, las personas creen que volamos en una escoba, pero no es así de simple , llevamos un palo lleno de pomada, para untarnos en el cuerpo, cuando la que ya nos hemos puesto se está acabando, cuando el viento la está secando, debemos untar de nuevo todo nuestro cuerpo y seguir volando, nuestro poder esta en otras cosas, como hacer que un hombre se enamore para siempre, con solo una foto, hacer que una persona muera, solo con un rezó , hacer que los cultivos o los animales mueran solo con un conjuro, son poderes que tenemos las verdaderas brujas “.
Le pregunté, si podía darme muestras de ese poder que daba la brujería, me miró con tristeza, me aseguró que no era brujería, era un arte, me dijo que su amo satanás no permite hacer una demostración así, pero que si yo quería regresara solo al hotel y tal vez en el camino me podía encontrar una bruja y eso me podría servir de prueba, no entendí muy bien lo que me quiso decir, así que me despedí decepcionado, no había visto como se transformaba en bruja o como volaba, salí de allí, volvió el calor y los zancudos, no era mucho lo que tenía que caminar, cuando el ambiente se llenó de un viento apacible pero envolvente, me sentí desorientado, aunque podía ver las oscuras calles, no sabía para dónde debía seguir, me sentía como un borracho que no recuerda donde es su casa, más que desorientado, me sentía como en un sueño donde no puedes tomar decisiones, solo dejar que el sueño actúe, el viento seguía soplando, cuando sentí la risa de una mujer, una risa fuerte y tenebrosa, sin saber el por qué, supe para mí que aquella risa, era la de una bruja, aunque podía ser una risa cualquiera, aquella no era algo normal, no sabía para dónde caminar, mis sentidos todos estaban perdidos, como una brújula que no tiene norte.
Me llevé las manos a la cabeza, es como si estuviera ebrio, me senté a la raíz de un árbol, cuando la vi llegar, no llegar, la vi asentarse, llegó volando, pero lo hizo como un drom de esos que vemos hoy en día, yo podría decir que era la anciana, pero no se le veían piernas, no tenía una escoba, más bien un palo pequeño, parecía un canuto de bambú, el ambiente se impregnó, como de un ungüento o una pomada caliente, con esas que recetan para los dolores, su cara aunque era la de ella, estaba desfigurada a comparación de la que vi, su nariz era larga y aguileña, sus ojos saltones y negros, no tenía el gris que había visto hacía poco, me miró sonriente y levantó vuelo, así mismo como llegó, cuando estuvo a pocos metros del suelo, volvió a lanzar esa risa característica de las brujas, así como las que vemos en las películas.
Todo volvió a la normalidad, mi orientación y todo, allí estaba la niña, me dijo que saludes le enviaba la abuela y corrió en la oscuridad, en las polvorientas calles de remedios, me fui a dormir, lo hice poco y mal, toda la noche soñé con la bruja, la veía reír y volar, ese olor a ungüento, me despertó varias veces, como si la bruja estuviera ahí en la habitación del hotel, al día siguiente, me entrevisté con el párroco de la pequeña iglesia, era algo que no tenía planeado, pero después de la experiencia de la noche anterior, quería hablar con él representante del enemigo de las brujas.
También un anciano tal vez mucho mas que la bruja me dijo “la iglesia ve con recelo a estas personas que dicen ser brujas, con frecuencia esos personajes son charlatanes y aparentan lo que no existe, pero hay posibilidad de que el demonio les ayude para estimular prácticas ilícitas de magia , no es un imposible, pero en muchas ocasiones es charlatanería, pese a esto, las brujas hacen parte de los personajes reales o míticos de los pueblos, en algunas poblaciones del sur, muchos dicen que han visto a misia Hermelinda cruzar por el cielo en su escoba, buscando a las mujeres y a hombres guapos para dejarles moretones y chupones durante la noche, pero una marca en el cuello no es la huella más profunda que puede dejar un maleficio de esta mujer ; En La Jagua, municipio de Huila, tiene fama de estar habitado por estos seres fantásticos, la historia de la población relata que en 1795 se realizó un importante aquelarre que inició a muchos aprendices de brujo, además, en el pueblo se llevó a cabo la clasificación de las plantas de la expedición botánica y aprendieron a usarlas para hechicerías, desde entonces, la fama de que existen brujas en este pueblo se extendió por la región, los departamentos del Tolima, Huila, Armenia, Risaralda y Antioquia, son conocidos por su infinidad de historias de brujas, se asegura que es una tradición de familia y todas las mujeres de la misma también serán brujas, por esto el linaje nunca termina.
Volví a Bogotá, la anciana me había pedido no divulgar su nombre, así que tampoco lo hice con el del sacerdote, protagonista y antagonista quedaron en el anonimato, no me gané un aumento por esta historia, pero mi jefe quedó satisfecho de lo que investigué .
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